ORCHIS LAXIFLORA

Hoy domingo, un poco fastidiado por estropearse la ruta prevista al Coto, me levanté temprano y me propuse dar un paseo por los alrededores del pueblo. El día amaneció con persistente lluvia pero con buena temperatura y sin viento. Así que cogí mi paraguas, mis botas de agua y un impermeable ( y mi compañera, que nunca olvido, colgada al cuello) y me dispuse a disfrutar de los paisajes ¡qué bonitos esos cerros cubiertos de nubes bajas!).

Y qué me dicen de sentir correr el agua por todas partes, presurosa, en busca de arroyos y del río, su destino final. Todo esto lo disfruto harto de asfalto,  ruidos de coches y prisas de la ciudad.  Cuando vengo al pueblo me aprovecho todo lo que puedo y me pierdo por sus caminos.
Pero yo también tenía otra intención, la de buscar alguna de las bonitas orquídeas que tenemos en nuestro entorno y a las que me he aficionado fotografiar ( este es uno de los variopintos menesteres a los que se puede dedicar un recién jubilado deseoso de cambiar de actividad).

  Lo mio me costó. Tuve que hacer equilibrios con el barro que había en el lugar donde las encontré (hasta los tobillos), con el paraguas en una mano y con la cámara en la otra (llovía a mares, mejor, a ríos). No sé ni como he podido sacar alguna foto.En fin...el que algo quiere... pues ya sabe.
Resultó ser una Orchis laxiflora (eso creo, después de consultar la correspondiente guía)) conocida  de manera común como orquídea pobre. Se  distribuye por el sur de Europa y en todas las provincias andaluzas. Habían numerosos ejemplares en distintos estados de floración. Ocupaban un buen espacio que compartían con otro tipo de plantas desconocidas por mí.