Sierra San Cristóbal

Hubo una época, que cuando se hablaba de Sierra San Cristóbal se relacionaba con la TV, por supuesto la analógica. Las antenas individuales había que orientarlas hacia ese lugar, si queríamos disfrutar con las aventuras del Virginiano, Invasores, Casa de la Pradera,... Pero, en cuanto llegaba el mal tiempo, no sé qué pasaba, pero sólo veíamos puntitos y más puntitos negros que parpadeaban. Nos cogíamos unos cabreos imponentes. La culpa siempre la tenía el repetidor situado en esta sierra. Nadie, que yo recuerde, explicaba dónde estaba. Sólo se sabía la dirección, hacia la que había que dirigir la antena.

Y resulta  que está muy cerquita. En plena Bahía de Cádiz. Un otero, desde el que se divisa todo nuestro entorno.
Más tarde tuve una dura experiencia, cuando hacía la mili. Me afectó la famosa Marcha Verde marroquí.

Estuvimos cargando, cajas de munición, durante un tiempo, en una parte de esta Sierra, que era zona militar. Aquí vi las primeras cuevas-cantera.Yo creo que a partir de esa experiencia, las L4 y L5 de mi columna, empezaron a quejarse (todavía dura el "quejío").
Después de pasado bastante tiempo, Druta, me ha vuelto a poner en contacto con este lugar. Ahora, desde un punto de vista más atrayente para mí (senderismo, rutas, flora, paisajes,...).
Este pasado miércoles, acompañado de mis amigos Juan y Emilio, he realizado una visita al lugar. Ha sido una primera toma de contacto. Tendremos que volver por allí en otras ocasiones.
Hemos salido temprano de Cádiz (autovía en dirección Jerez de la Frontera-Desvío Poblado DªBlanca). Dejamos el coche, en el aparcamiento del yacimiento arqueológico del mismo nombre, y cruzamos la carretera. Caminamos, paralelo a la alambrada, por una vereda en dirección a El Portal.

Giramos a la izquierda, en una gran portada. En las cercanías hay una cantera.Una carretera, en buen estado y flanqueada de pinos, nos lleva hasta las cercanías de unas torretas. Muy cerca encontraremos el vértice geodésico.Las vistas son formidables.

Hay un cartel indicativo de un yacimiento arqueológico (lo visitaremos en otro momento).
No teníamos ni idea de dónde estaban las cuevas-canteras. Dimos unas cuantas vueltas por el lugar y decidimos volver a la carretera. Tuvimos la suerte de encontrar, al encargado de clorar las aguas de la red de abastecimiento.  Dijo que las cuevas estaban muy cerca. Con toda amabilidad, nos dejó la llave de una cancela que facilitó nuestro paso a un inmenso retamal.
Unas higueras sirvieron para encontrar una casa troglodita y una de las cuevas.

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