LOS CORRALES DE ROTA

Las  torres vigías de la Plaza de España (Cádiz), desde el muelle.

 Este miércoles pasado, decidimos darnos una vuelta por la costa de Rota. Aunque está muy cerca, hace muchísimo tiempo que no vamos por ahí. Ahora lo tenemos fácil con el catamarán. A las 9 de la mañana  ya estábamos en el muelle. A las 9´15,  con puntualidad increible , ya navegábamos.

Como supondréis este gigante no es el catamarán. Nosotros íbamos en uno más modestito.

A esta hora, hace frío por la Bahía. Pero la impresión es que luego el calor hará acto de presencia (como así fue).

La falta de oleaje hace que el viaje sea tranquilo. Y entre charla y charla, llegamos a Rota.

El paseo nos llevó a Punta Candor

 Al poco tiempo, y después de un cafelito reconfortante, ya estábamos caminando por la Playa de la Costilla. La marea baja, nos facilita caminar por la orilla. Qué gustazo de encontrarla solitaria. Sólo algún que otro pescador, esperando paciente con su caña.

 Decidimos salir y coger por el borde de dunas. Nos llevamos una sorpresa. Han construido un camino de madera,  con la idea de preservar la vegetación tan frágil que acoge ese cordón dunar. Discurre bajo los pinos.

En este época no encuentro muchas plantas que fotografiar. Habrá que repetir la excursión más adelante.

Lobularia maritima 

Un búnker convertido en mirador.

Desde el mirador

 Un mirlo picoteaba estos pequeños frutos.

 Y llegamos a los corrales... Declarados Monumento Natural.

Los corrales son cerramientos artificiales con piedra ostionera. Se componen de una pared levantada con grandes piedras de la mar, en la base y a los lados, rellena de cascotes y grava. La gran proliferación de ostiones, lapas y escaramujos que crecen sobre las piedras actúan a modo de «cemento natural» que compacta y da solidez al conjunto.

El corral se comunica con el mar a través de caños (unos 30 ó 40 por corral) para que el agua escurra en la marea vaciante.

Al bajar la marea, el agua queda formando lagunas (pesqueros). Cada uno tiene un nombre (Zalamera, Rinconcillo, Poza Honda, etc.)

 Los pesqueros cercanos a la playa, se secan con la bajamar, desaguan por canalillos naturales denominados chorreras.

A la vuelta, descubrimos una caseta que tiene una asociación de mariscadores. Han organizado allí un pequeño museo, que recoge los artilugios empleados en las faenas que se realizaban  en los corrales.

Un veterano mariscador hace las veces de guía. Nos cuenta, muy amablemente y con todo lujo de detalles, todo lo relacionado con la construcción de los muros, de cómo se realizaba la pesca, de las herramientas artesanales que utilizaban... En definitiva de la dureza de ese trabajo.

En unas estanterías tenían expuestos fósiles y caracolas.

erizo

tarraya

Volvimos por la playa, y en el primer bar que nos pareció adecuado, repusimos fuerzas.

garbanzos, chocos y langostinos

Fideos,almejas y pescado

Callejeamos un poco. Poca gente caminando. Claro, es la hora del almuerzo.

El castillo de Luna se asienta sobre los restos de un ribat musulmán, origen de  la población hispano-musulmana de Rabeta Ruta (Fuerte de Frontera, nombre árabe de la actual Rota). En el año 1251, Fernando III el Santo conquistó la villa a los musulmanes. Posteriormente perdida en la sublevación mudéjar, fue su hijo Alfonso X el Sasbio el que la recupera en 1268.

Aligeramos el paso. El catamarán, que cumple su horario, está a punto de salir. Lo cogimos por los pelos.

Vuelta a Cádiz. Buena mañana, si señor.