CH´USAY: BREÑA II (Desde los Majadales del Sol a la Torre del Tajo)

1.-Venta Alfardía 2.-Torre de Meca 3.-Majadales del Sol 4.-Torre del Tajo 5.-Barbate

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En la segunda salida, de la semana pasada, continué la ruta por La Breña de Barbate.

Inicié la caminata en Los Majadales del Sol. Crucé la carretera que lleva a Barbate y pasé al cortafuegos (caminando por él se llega directamente hasta el acantilado) por una gatera de la alambrada. Pero como es muy arenoso y resulta pesado para caminar, me desvié un poco a la izquierda, buscando la sombra de los pinos y un terreno un poco más fácil de patear.

Las setas aparecen por todos lados. Lástima que no las conozco. Me contento con fotografiarlas.

Encuentro una de las joyas del lugar: Juníperus macrocarpa. Es el enebro marítimo.
Son plantas protegidas. Aquí tenemos la suerte de disfrutar del segundo enebral más importante de España.

Hay ejemplares centenarios. Pese a su edad, son de pequeño porte, debido a la acción del viento que azota estos acantilados.

Al poco tiempo, conecto con el camino que viene desde Caños de Meca y que viene bordeando todo el acantilado. Nos llevará directamente hasta la Torre del Tajo y a la Playa de la Yerbabuena.
Me sorprende, la vegetación tan espesa y tan variada, que a manera de muralla natural, impide ver el mar.
Unas barreras de madera nos indican que hay un mirador. Las vistas son espectaculares.

El faro de Trafalgar

El oleaje socava el acantilado produciendo derrumbes.

Torre del Tajo

Al fondo, Barbate

Constituye el acantilado de mayores dimensiones de Andalucía.

El acantilado de Barbate conforma uno de los paisajes costeros más espectaculares de Andalucía, con sus cuatro kilómetros de longitud y más de 90 metros de desnivel en algunos puntos.

Dispuesto en forma de arco cóncavo entre las playas de la Yerbabuena y Caños de Meca.

La Torre Vigía del Tajo fue construida en el siglo XVI con la misión de servir de vigía ante las incursiones de los piratas turco-berberiscos que, por aquellas épocas, asolaban las costas andaluzas.

Las torres conectaban visualmente entre sí, formaban parte de un complejo sistema defensivo. Utilizaban hogueras para indicar la presencia de algún peligro.

Este sistema era típicamente musulmán y ya existía en todo el litoral africano desde el siglo VIII.
La altura de esta torre es de 13 metros. Una escalera de caracol conduce a la azotea.

Durante el trayecto pasé un buen rato fotografiando violetas, caléndulas, botones azules,...Esto es una pequeña muestra de la riqueza de este entorno natural. Desde luego que merece un cuidado especial.