En época otoñal, y en mi mis paseos camperos, he fotografiado una planta que, por su aspecto, siempre me dejaba en la duda si lo que veía era su flor o qué. Esta vez me he zambullido en aguas interneras y he encontrado la respuesta a mis dudas. Es una ARACEAE.
Esta aparente flor es en realidad una inflorescencia formada por una gran bráctea plegada ( espata) que rodea a un espádice o largo pedúnculo donde se sitúan las verdaderas florecillas, masculinas y femeninas , carentes de pétalos y sépalos (no se ven a simple vista, habría que desenterrar la parte baja del espádice).
Lo curioso es que las flores estériles, tanto masculinas como femenínas, forman parte de una estrategia en relación a los insectos que polinizan la planta. Su misión es obstaculizar su salida y que permanezcan en el lugar donde están las flores femenínas fértiles.
Muchas de las especies como la que hoy nos ocupan emiten un olor fétido para atraer a sus polinizadores, generalmente dípteros (cuando las fotografiaba y no sabía de esta capacidad, lo primero que hacía era mirar la planta de mis zapatos, creía que había pisado una "caca").
Otros miembros de esta familia de ARACEAE son:
Los candililos Arisarum vulgare
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