En esta ocasión, el objetivo, eran las Lajas del Salao, Jimena (lo escribo a la manera que se conoce en mi pueblo).
Quedamos con amigos jimenatos que conocían muy bien la zona (desde aquí doy las gracías a Contreras, a Diego Parra y al guarda de El Cochino)
Llegando a Jimena, Íñigo, propuso la búsqueda de un ejemplar de peruétano (así se conoce por estas tierras). Lo había visto anteriormente desde la carretera que lleva a San Pablo. Hacia allí nos dirigimos. Desde luego que es un hermoso ejemplar. Solamente faltó que estuviera en floración. Comprobamos que supera los 2 metros de perímetro y más de 9 metros de altura,
Allium ampeloprasum
Tragopogon hybridus
Curioso este geranio que se vuelve rojo una vez florecido. Gladiolo
Lathyrus latifolius
Convolvulus tricolor subsp. meonanthus
Desde aquí, volvimos a Jimena. Se incorporaron Contreras y Diego. Nos dirigmos, Limas arriba, por la carretera que lleva a la torreta de Telefónica (el camino continúa hasta Patrite). En un punto determinado nos desviamos hacia la finca El Cochino. Desde este lugar iniciaríamos el denominado, por Contreras, como un senderismo lajuno. Y no le faltaría razón ya que, una gran parte del camino, lo realizamos por una enorme laja.
Aquí he trazado el recorrido circular a gugle-ojo
Rápidamente llegamos al arroyo del Juncá. El camino discurre ahora casi por la orilla.
Es un lugar donde se puede disfrutar con todos los sentidos.
Un nuevo personaje hizo su aparición: la lluvia. Nos acompañó un buen trayecto, eso sí, sin molestar mucho.
En la frondosidad, no falta algún toque de color que rompa la hegemonía del verde.
Jopo Allium scorzonerifolium,
Ya nos estamos acercando, al muro rocoso de la gran laja.
Esta es una de las pocas veces que el amigo Contreras permaneció callado. Se llevó todo el tiempo contando sus vivencias de cuando, muy joven, se movía por estos montes.
Y si éramos poco, parió la abuela. Lo digo porque también encontramos una aislada población de enebros de la miera (Juniperus oxycedrus subsp. oxycedrus). Florece al final del invierno y durante la primavera, madurando los gálbulos (frutos).
Diego Parra indicándonos el camino a seguir. El fondo de esta grieta es conocido como "el toril de la sarna".
La cueva del árbol.
En las lajas señaladas con la flecha, se encuentran unas chorreras de gran belleza. Son conocidas como Chorreras del Salao (nos quedamos muy cerca).
Así se llega, desde El Alcachofal (clique)
La cresta de la laja sirvió de salón comedor.
Sedum
Enormes grietas acogen una exuberante vegetación con ejemplares exóticos y raros como el rododendro y el psilotum nudum.
La erosión del agua ha dejado pequeñas pocetas en las que, después de la lluvia, se desarrollan pequeños escarabajos y curiosos camarones que dan lugar a pequeñas islas de vida en lo más abrupto de la enorme laja.
Después del ágape, decidimos bajar hasta el fondo de la garganta.
Encontramos numerosas oquedades.
Cuevas de Mancera
Después de la áspera roca, llegar aquí fue un regalo.
Buscando el Charco de las Palomas, tuvimos que caminar sobre rocas que jugaban con el agua (los años aquí pesan para el que escribe, y no digamos las cervicales que me jugaron una mala pasada)
A este lugar le tengo un cariño especial. Mi padre ( cumple en junio 98 tacos), durante muchos años, me comentó la belleza de este enclave. Estuvo aquí en su época de corchero.
Hace unos veinte años estuve aquí. La vegetación ha cambiado. Casi saco la foto desde el mismo lugar. Curiosamente, el nivel del agua es similar.
Estas dos fotos también son de aquella época
Rododendro
Descansamos un buen rato. Alguno que otro, echó un cigarro
Curiosa la manera que se ha erosionado la roca
Iniciamos la vuelta por la vertiente derecha. Ahora nos toca subir por la otra laja.
Nos recreamos, echando un vistazo al camino que habíamos recorrido.
Somos una gota, en este paisaje
Parecen hechas a mano
Aquí se inicia, al final de la laja, una pista que nos llevará hasta la casa de El Cochino.
La clásica y más conocida drosófila ( otra planta insectívora)
Casares y Sierra Crestellina. Al fondo, Sierra Bermeja
Pedicularis sylvatica subsp. lusitanica
El Cochino
El amigo Contreras nos condujo, una vez terminada la ruta, hasta el final de la carretera, al pie de la torreta de telefónica. Allí disfrutamos de unas vistas impresionantes.Yo me encontraba chunguito y ni saqué fotos (pero allí estaba Amarillo para dejar constancia).
Ya camino de casa, Íñigo propuso visitar, en las cercanías del convento de La Almoraima, una zona inundada que se encuentra cubierta de unas plantas en plena floración.Se trata de una leguminosa llamada Galega africana que por lo visto es una planta (rara en nuestra península) del otro lado del estrecho.
Encontramos también este Cirsium scabrum.. El amigo Amarillo llega casi a los 2 m.
Galega africana
Oruga de la mariposa monarca sobre Asclepia
Interesantisima documentación la que aportas en esta entrada Paco..muy entretenida y bien presentada..ya me gustaría visitar ese lugar.
ResponderEliminarSaludos.
Magnífico día Paco, el que echamos por tu terruño. Cuanto de bueno por allí: flora, paisajes, amigos. Gracias por organizar la jornada.
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