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jueves, 1 de julio de 2010

HACIA LA LAGUNA DE MONTELLANO

El viernes pasado amaneció nublado y con temperatura fresquita. Ideal para caminar. Me puse a cavilar por dónde iría. Decidí visitar la laguna de Montellano. Hace ya unos años que descubrí ese lugar cuando, en bici de montaña, buscaba lugares nuevos para recorrer. Entonces no se hablaba del corredor verde que une las dos bahías gaditanas.

Por las cercanías del Clínico de Puerto Real discurre una cañada que va hasta Medina pasando por El Berrueco. Esta es la ruta que tenía que coger.
Dejo en coche, a la sombra de un gran pino, en la modestísima Venta Morales (carretera de El Marquesado) que está situada cerca de un rústico campo de fútbol. Son las 10 de la mañana.

Bajo la sombra de los pinos abundan los lentiscos y los palmitos. Hay casas con pequeños huertos y una explotación ganadera. Y conejos. Son una plaga, correteando delante mía durante todo el día. No sé si la enfermedad que les afecta está en decadencia o que hará su efecto más adelante cuando el calor apriete.

A  la derecha podemos observar una gran pared. Por su base y tapado por la vegetación discurre el arroyo Zurraque. Destacan, por su tamaño y por el color de sus hojas, los álamos  blancos. A la vuelta echaré un vistazo.
Un viejo algarrobo.

Al poco tiempo tengo que atravesar el arroyo. Tiene la característica de que sus aguas son saladas. Hay una pequeñas pasaderas. Me imagino que en la época de las pasadas lluvias por aquí sería imposible pasar. Todavía hay barro en zonas alejadas de la orilla..

A partir de aquí el camino inicia una leve subida que será constante.Las lluvias torrenciales han formado grietas.Se han creado auténticos cañones en miniatura.


La arboleda va desapareciendo y siendo sustituida por el matorral.Menos mal que hay nubes. Por aquí en época veraniega puede ser de cuidado.










Llego a una zona con carteles indicadores. Tengo la posibilidad de coger por dos sitios. Me decido por el lado izquierdo. Luego me daré cuenta que es el camino más largo para llegar a Montellano.






Hago el primer descanso y cuando estoy con el bocata en la mano aparece un jinete. Le  pregunto por la laguna y me dice que estoy dando un gran rodeo. Me indica que debo desviarme a la derecha cuando llegue a un cruce de caminos.

Me llamó la atención de este lugar el colorido de la tierra. Unas veces blanca; otras, rojizas y verdosas.
Al fondo de una depresión desprovista de vegetación y por donde corre el Zurraque, afloran unas curiosas rocas alineadas que parecían encaladas. A la vuelta descubrí que era sal.
Con la erosión se han producido estos minicañones

Pese a la aparente aridez del paisaje, todavía podemos encontrar, en los lugares más reservados y con mayor humedad, numerosas  plantas en floración.

La cámara no dejaba de funcionar. Tengo que cambiar la batería cuando ya divisaba a lo lejos la laguna. Me encontraba en un campo de girasoles. Son las 13´00 horas y me faltan por recorrer 1´8 kilómetros.




No corría brisa alguna. Pero la meta estaba cercana.

A la izquierda podemos observar la cañada que sigue hacia El Berrueco y Medina.

 Al fondo aparece El Berrueco, convertido en una cantera.Allí hay vestigios de asentamientos primitivos. Yo he encontrado restos de cerámica.
Un viejo mojón señalando la cañada

Giro a la izquierda en el primer cruce que encuentro ( al frente, el camino nos llevaría a la laguna de Jeli y a Chiclana). El camino se hace largo.Por  fin, unas gaviotas revoloteando me indican el lugar. Una alambrada impide que pueda acercarme con mi objetivo. Gateo un poco bajo los pinchos y llego a una distancia prudente para no molestar a la fauna.

 La laguna está espléndida. Es un oasis en medio de terrenos hasta hace poco sembrados de trigo ya recolectado.



En esta zona no hay ni un árbol. El hambre aprieta y me tomo la segunda colación a pleno sol. Medina se divisa a lo lejos. Destaca la imponente torre de la Iglesia de Santiago.
Doy la vuelta (son las 14´00 horas). Aligero el paso, giro a la derecha.Busco ahora a la izquierda el primer desvío que me llevará a la depresión que a la ida había observado.




Viñedos de la zona de Chiclana.














Este camino lleva a las cercanías de El Marquesado









Encontré la desviación hacia la izquierda, a la que antes me había referido. Toma dirección al arroyo  y a una depresión en el terreno. La vegetación se espesa. Todavía corre el agua. Incluso inunda el camino.
Y llego a un espacio abierto, muy erosionado en general. Quedan a la vista enormes rocas de yeso.

El que será arroyo Zurraque, atraviesa el lugar.
Casi toda la supeficie está cubierta de sal.


Me causó sorpresa encontrar a una pequeña planta que es capaz de salir adelante en este medio salino.


 Nada más salir de este curioso lugar nos toparemos con un nacimiento cuyas aguas vierten al arroyo.Muy cerca de aquí está el cruce de caminos que nos llevará al inicio, cercano a la venta Morales. 
Como punto y final de la ruta, eché un vistazo al bosquecillo de álamos blancos que flanquean al Zurraque.


Son las cinco de la tarde y ya me está apeteciendo tomar algo fresco. Llego a la venta y así lo hago. Como postre descubrí una morera y no resistí la tentación de saborear sus frutos.

En el tintero se han quedado algunas cosillas que a lo mejor las cuento en otro momento ( me estaba enrollando ya "demasiao")

1 comentario:

  1. Hola chusay.
    cuando estuvimos por primera vez en el arroyo salado nos impacto mucho. Nos encontramos con el por casualidad, y estaba todo el agua evaporada dejando la sal cristalizada dejando una vista increible. Parecia nieve. Cogimos un par de roquitas para preguntar, a ver lo que eran.Me dijeron que la roca anaranjada es silvita. Las demas yeso. Y tambien nos dijeron que habia una mina de azufre en conil a la que espero ir pronto. Dicen que se podian encontrar grandes rocas bien cristalizadas. Por lo visto es muy raro el azufre sedimentado, lo normal es en volcanes por erupcion y tal.
    Un saludo

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