En los alrededores de la villa de Espera (Cádiz), a poco más de un kilómetro, se encuentra la ciudad de Esperilla. Un asentamiento iberorromano que conserva además restos del Neolítico y la Edad de los Metales. La visitamos como continuación de nuestro recorrido por Carissa Aurelia (clique)
El escarpado Cerro Esperilla
Paseando por este recuerdo de la historia vemos cómo fueron sus viviendas, sus murallas y aljibes. El castillo de Fatétar desde el cerro de Esperilla
Estamos en un primitivo poblado iberorromano. Parece que su nombre correspondía a la antigua Cappa, perteneciente al "Conventus" gaditano.Ocupaba un lugar estratégico en las comunicaciones entre Híspalis, Baesippo y Sidonia.
Los primeros restos se remontan al Neolítico.
Uno de los aljibes que encontraremos en nuestro paseo.
Este lugar adquiere importancia en la época de fenicios e indígenas ibéricos, entre los siglos IV y I a.C.
De esta época se conservan numerosas viviendas, aljibes y murallas. Es un verdadero oppidum (elevación con defensa natural y reforzado con la intervención del hombre).
Aljibes, muros y viviendas aparecen tallados en la roca.
El poblado pétreo aparece en la ladera oeste. Al este, aparece protegido por una gran muralla natural.A este trozo de muro se le conoce como el león de Esperilla
Las calles para salvar la pendiente se hacían como una escalera tallada en la roca.
Iris planifolia
Estos parajes de albarizas, faltos de arbolado,también tienen su propia belleza.
En el Museo de Espera se encuentran esculturas zoomórficas ibero-romanas (siglos IV al II a.C.) halladas en este yacimiento, y que representan cinco leones, un verraco, un ciervo, un guerrero y una dama.
(Otro día le dedicaremos un tiempo a la visita al Museo y a las lagunas de carácter endorreico)
Una de las escaleras que aparecen en las rocosas calles.Narcissus papyraceus
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