En la subida, por la vertiente izquierda del Poqueira, además de continuar disfrutando del paisaje, nos adentraremos por pueblos con una singular arquitectura.
Esta subida, que no tiene tregua hasta Capileira, se inicia en el Puente de los Molinos.
Restos de uno de los molinos. Es una pena que no se ponga remedio antes de llegar a este estado de ruina. Es un patrimonio para futuras generaciones. En fin, ya sólo podemos lamentarnos.
Scrofularia
Empezaremos a encontrar pequeños huertos escalonados (menudo trabajo el realizado por varias generaciones de agricultores).
Parece ser que el origen de la arquitectura alpujarreña se encuentra en las tribus bereberes que poblaron estas tierras. De hecho, existen casas similares en el Rif y otros lugares del Mediterráneo.
Por regla general, los pueblos se adaptan a la geografía física. Se disponen de forma escalonada y orientados al sur o en espacios abiertos.
La calle se adapta a un arroyo
Las calles tiene un trazado sinuoso, caótico y anárquico por su adaptación al terreno.
Llegando a Bubión
Las omnipresentes fuentes son un verdadero alivio para los caminantes
Lavadero
Los pueblos se suelen dividir en barrios que dependen de un núcleo más importante en el que se encuentran loso servicios municipales. La separación es, a veces, también social. Algunos tienen incluso nombres propios y gentilicio.
Cada barrio suele tener su plaza, su fuente, su ermita,...
Servían también para comunicar un grupo de terraos sin pisar la calle.
En la planta inferior de la casa se sitúan las cuadras, y encima, la vivienda propiamente dicha. En la superior, el pajar y el secadero de productos agrícolas.
Las viviendas son absolutamente bioclimáticas, perfectamente adaptadas a las duras condiciones meteorológicas y geográficas.
Las chimeneas son troncocónicas. Rematadas con una laja de pizarrra y una piedra denominada castigadera.
Todo el terreno aparece cubierto de bancales.
Ya, a la vista, nuestro objetivo: Capileira
CAPILEIRA
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