FINAL DE LA GRAN REGATA 2012

El domingo pasado, con el tema de la partida de los  veleros hacia nuevas singladuras, hice una ruta urbana a toda marcha. Fui persiguiendo a los barcos desde el muelle hasta las cercanías de Cortadura, intentando sacar algunas fotos. El día no ayudó. Una intensa bruma cubrió el mar evitando una visión clara de los veleros cuando se alejaron un poco de la costa. 

Entre el calor, los "arreos"  y la velocidad que llevaba, hice una ruta de más de 8 km., que mis sudores me costó.

Mereció la pena disfrutar con la visión de una bahía repleta de veleros que evocaban otras épocas de esplendor gaditano.

 Cuando llegué al muelle ya estaba saliendo el bonito Américo Vespuccio.

 Mascarón de proa del Europa que representa el MITO DE EUROPA.(clique)

 Un gran gentío llenaba los cantiles del muelle

 Las torres vigías cumplieron con su misión de antaño.

 A mi paso por la Plaza de España, me detuve a fotografiar este bonito ejemplar de Chorisia

Saliendo por la bocana del puerto. Murallas de la Punta S. Felipe.

 Enfilando la Bahía de Cádiz

 El Juan Sebastián Elcano

 Vistas desde el paseo Alameda de Apodaca

Desde las cercanías del Baluarte de la Candelaria

A la sombra del gigantesco Ficus de la  Alameda

  

 Atravesé el Parque Genovés buscado el cobijo de sus árboles.

  Subí a los viejos muros del Castillo de Santa Catalina intentando buscar vistas más singulares

  Castillo de Santa Catalina

 Frente a La Caleta.

 Camino del Castillo de San Sebastián

  Playa de Santa María del Mar

  Faro y Castillo de San Sebastián

  Frente a la  Playa de la Victoria

 Al caer la tarde aumentó la bruma. El sol se enfrentaba a la cámara. Opté por subir a la azotea de mi casa  (equivale a un edificio de trece plantas) Desde allí, que hay unas fantásticas vistas, tomé algunas fotos.

   Improvisé, utilizado las gafas de sol como filtro, para sacar las últimas .

EL MITO DE EUROPA

Entre los veleros que han llegado a Cádiz en estos últimos día había uno llamado Europa. Me llamó la atención su bonito mascarón de proa. Saqué algunas fotos.

Indagando sobre la imagen me entero que forma parte de un mito: El mito de Europa.

Europa era hija de Agenar y Tefarasa. Un día que jugaba en la playa de Tiro (allí reinaba su padre) la divisó Zeus y quedó prendado de su belleza. Para evitar que lo rechazara se transformó en un hermoso toro blanco con los cuernos parecidos al creciente lunar y fue a reunirse con ella.
Primero se asustó, peo luego fue tomando confianza y acarició el lomo del maravilloso animal. Al final, decidió montar en su espalda. Zeus se levantó y partió hacia el mar. Europa gritaba y se aferraba con fuerza, pero el dios no se detuvo y se alejó de tierra hasta llegar a Creta.
De esta unión nacieron tres hijos: Minos, Sarpedón y Radamantis.
Cuando Europa murió le fueron concedidos honores divinos. El toro fue convertido en constelación e incluido en los signos del zodiaco.

El poeta Ovidio escribió la siguiente descripción de la seducción de Europa por parte de Zeus.

Y poco a poco, el miedo quitado, ora sus pechos le presta
para que con su virgínea mano lo palme, ora los cuernos, para que guirnaldas
los impidan nuevas. Se atrevió también la regia virgen,
ignorante de a quién montaba, en la espalda sentarse del toro:
cuando el dios, de la tierra y del seco litoral, insensiblemente,
las falsas plantas de sus pies a lo primero pone en las ondas;
de allí se va más lejos, y por las superficies de mitad del ponto
se lleva su botín. Se asusta ella y, arrancada a su litoral abandonado,
vuelve a él sus ojos, y con la diestra un cuerno tiene, la otra al dorso
impuesta está; trémulas ondulan con la brisa sus ropas.

CÁDIZ: REGATA DE GRANDES VELEROS 2012

  

El mascarón de proa del buque escuela italiano,  es la figura de Amerigo Vespucci, navegante italiano que exploró parte del litoral atlántico de América del Sur, y expuso la idea de que las tierras exploradas se trataban de un nuevo continente, y no parte de Asia como había creído Colón. Debido a esto el nombre América se difundió para el nuevo continente.

  

  

  

  

  

  

  

 

Representa a la diosa Minerva, nombre con el que se iba a bautizar, originalmente, al Juan Sebastián Elcano