Entre los veleros que han llegado a Cádiz en estos últimos día había uno llamado Europa. Me llamó la atención su bonito mascarón de proa. Saqué algunas fotos.
Indagando sobre la imagen me entero que forma parte de un mito: El mito de Europa.
Europa era hija de Agenar y Tefarasa. Un día que jugaba en la playa de Tiro (allí reinaba su padre) la divisó Zeus y quedó prendado de su belleza. Para evitar que lo rechazara se transformó en un hermoso toro blanco con los cuernos parecidos al creciente lunar y fue a reunirse con ella.
Primero se asustó, peo luego fue tomando confianza y acarició el lomo del maravilloso animal. Al final, decidió montar en su espalda. Zeus se levantó y partió hacia el mar. Europa gritaba y se aferraba con fuerza, pero el dios no se detuvo y se alejó de tierra hasta llegar a Creta.
De esta unión nacieron tres hijos: Minos, Sarpedón y Radamantis.
Cuando Europa murió le fueron concedidos honores divinos. El toro fue convertido en constelación e incluido en los signos del zodiaco.
El poeta Ovidio escribió la siguiente descripción de la seducción de Europa por parte de Zeus.
Y poco a poco, el miedo quitado, ora sus pechos le presta
para que con su virgínea mano lo palme, ora los cuernos, para que guirnaldas
los impidan nuevas. Se atrevió también la regia virgen,
ignorante de a quién montaba, en la espalda sentarse del toro:
cuando el dios, de la tierra y del seco litoral, insensiblemente,
las falsas plantas de sus pies a lo primero pone en las ondas;
de allí se va más lejos, y por las superficies de mitad del ponto
se lleva su botín. Se asusta ella y, arrancada a su litoral abandonado,
vuelve a él sus ojos, y con la diestra un cuerno tiene, la otra al dorso
impuesta está; trémulas ondulan con la brisa sus ropas.
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