sábado, 20 de diciembre de 2014

Acueducto romano de Punta Paloma (Bolonia, Cádiz)


"... y de trecho en trecho residuos de un aqüeducto que atravesaba el valle hasta la Sierra llamada de las Palomas"
(Ponz, siglo XVIII)







Hoy, hemos paseado por la zona donde transcurriría uno de los acueductos que abastecían de agua a la ciudad de Baelo Claudia. Todavía quedan algunos restos de esta obra de ingeniería de la que los romanos eran verdaderos maestros.
Buscando información, he topado con un PDF de Alfonso Jiménez titulado " Los acueductos de Bellone Claudia (Bolonia, Cádiz)".


Trazado del acueducto desde Fuente Paloma hasta Baelo Claudia.

Por aquí estuvimos, más o menos.












Iniciamos nuestro recorrido en las cercanías de la depuradora. Nos dirigimos al arroyo Churriana
A este lugar hemos venido en otra ocasión por cuestiones "botánicas".

 San Bartolo



Muy pronto llegamos al arroyo  y a los restos del acueducto.


Aquí la conducción aparece sostenida por arcos para salvar el arroyo



 Los pilares tenían la misma anchura que los arcos.


En la construcción se emplearon  en gran abundancia las lajas (losa de Tarifa)


Varios trozos de fábrica caídos en el cauce conservan el canal en buen estado de sección rectangular y con revestimiento de opus signinum  (aparejo formado por un mortero de cal, arena y fragmentos pequeños de roca silícea que se apisonaba para compactarlo)





A partir del último arco el canal se pegaba la suelo para ir subterráneo o sobre un murete.


Su longitud era de unos 76 m. Salvaba un gran desnivel. El pilar situado junto a la corriente tenía algo más de diez metros de altura.


Continuamos nuestro camino en dirección al cortijo de la Torre


La conducción principal de la ciudad partía de la Fuente de Palomas. Salvaba una distancia en línea recta de 4.940m, con un recorrido mínimo de 5.780m.



Silueta del Cortijo de la Torre


Nos llama la atención un pozo-higuera













Las raíces de la higuera, que ha nacido en su interior, abrazan el muro del pozo. Acabarán con él.




La gran duna de Bolonia y Sierra de la Plata

 Observadores



Estuvimos un buen rato recorriendo las ruinosas estancias del Cortijo de la Torre.


Restos de la alacena y el lebrillo empotrado.


 Año 1958


En las inmediaciones del pozo, quedan restos de muros relacionados con el acueducto, según leo en los escritos de Alfonso Jiménez ( cosa que no nos dimos cuenta).



El día estaba más o menos nublado. A veces, el sol se reflejaba en el cercano Estrecho de Gibraltar.


 El cielo se fue cubriendo de amenazadoras nubes.




Llegamos sin dificultad al Arroyo del Conejo (un poco de barro para nuestras botas y nada más)


Para salvar el arroyo aparece una obra de fábrica. El specus se eleva sobre arcuationes en una longitud de 112m., de los que se conservan unos 75 m. (canal y arcos).


Los pilares más cercanos a la corriente alcanzaron los ocho metros. Toda la construcción es de mampostería de gran calidad, clasificada como opus incertum (antigua técnica constructiva romana que usaba sillares cortados de forma irregular)

El material es el conocido como "losa de Tarifa". Las lajas y bloques van unidos con mortero de cal y arena.





Un pequeño descanso, apoyado en estos longevos muros, cae bien.


Decidimos no pasar a la otra orilla y continuar nuestro  camino.


Al fondo,  San Bartolo

Sierra de la Plata


Continuamos nuestro recorrido hasta llegar a un frondoso pinar. Lo bordeamos. Entramos en una zona arenosa cubierta de retamas. El camino ascendía. Realmente no sabíamos a dónde iba.


Pensando que los caminos llegan a algún lugar, decidimos continuar.





Faro de Punta Camarinal


Pero nuestro gozo en un pozo, empezó a llover con gran intensidad (era lo de menos).  Varios frentes tormentosos con abundante aparato eléctrico nos amenazaba. Decidimos volver.



Aligerando el paso, llegamos a la Vereda  de Reginosa. Llovía a mares. Nos refugiamos en unos
chozos con pinta de chiringuitos veraniegos.
En una pausa del aguacero,  nos dirigimos hacia el puente sobre el arroyo Pulido.


El conducto se volvió a levantar sobre el arroyo  con una longitud de 65 m. Está totalmente destruido. Aún se conservan trozos del canal en ambos extremos. Es reconocible el arranque de uno de los pilares.

Volvía a elevarse en el que debió ser el mayor de todos (312m. que salvaban el arroyo Alparriate).
Solo quedan algunos trozos de pilares volcados en el lecho del arroyo.



Salvando el arroyo de la Chorrera, y dentro del recinto arqueológico de Baelo, se encuentran los últimos arcos del acueducto.


El acueducto se  compone con acusada simetría: tres arcos mayores y dos pequeños, arrancando todos desde la misma cota. Se conserva prácticamente intacta. Las deformaciones que presenta son debidas a un seísmo que produjo desplazamientos en su estructura.


Aquí finalizó nuestro paseo por estos lugares tan atractivos desde el punto de vista arqueológico, paisajístico,...Volveremos otro día ( no es una amenaza).

5 comentarios:

  1. El mejor informe sobre este aqueducto que he visto.

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  2. Estupenda entrada Paco. Desconocía la existencia de ese acueducto. Un saludo.

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  3. Son unos pequeños datos que acompañan a las fotos. Queda mucha tela por cortar.
    Saludos, Asidonense

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  4. Felicidades por el reportaje tan completo. Hace muchos años que estuvimos por estos parajes y nos han vuelto las ganas de volver con vuestro estupendo artículo. http://www.entornoajerez.com/

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  5. Buenisima entrada. Es increible las cosas que uno tiene al lado y ni lo sabe. Gracias.

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