Los pinos singulares de la dehesa de Roche

Desde que el amigo Amarillo me mandó un enlace sobre los árboles singulares de Andalucía me he dedicado, en los últimos días, a buscar los que están en las cercanías.

Esta vez, el objetivo era fotografiar unos enormes pinos que se encuentran en la Dehesa de Roche. Se encuentran en una zona que se libró de unos desastrosos incendios. En la imagen de Google puede observarse la zona calcinada. En la actualidad brotan pequeños ejemplares. FUEGO EN LOS PINARES DE ROCHE (clique)

                                               
Llegamos a la zona del primer pino que buscábamos. Es conocido como Pelafraile. Está situado, según dicho catálogo, junto a las instalaciones de un punto de observación del retén contraincendios.

Pero allí no hay nada o yo soy un mal explorador. He preguntado a la gente del lugar y no conocen el pino.

Nos dedicamos a recorrer los alrededores y fotografiamos otros ejemplares de gran porte que merecerían estar también catalogados.

        Imagen del Pelafraile que viene en el catálogo( altura de 16 metros y un perímetro de 4´10 metros). Esperemos que el fuego no acabara con él.

      Este es el más grande, a nuestro parecer, que encontramos. 

A un km del primero nos encontramos , en el Cruce del Piña, otro espléndido ejemplar.

Este pino aparece en el catálogo de árboles singulares de Andalucía

                                                                 Está en el Cruce de Piña

                                              A un metro, su tronco mide más de 4 m. de perímetro

                                                                Destaca su enorme copa

Ya de vuelta, nos encontramos a Maximiliano recogiendo piñas. Nos llamó la atención la facilidad con la que subía a los enormes pinos. Nos llevamos un buen rato de palique con él. Nos contó que llevaba 50 años en esa actividad y que ahora lo hacía por entretenerse. Tiene su campo que todavía cultiva (estos días, anegado por las lluvias).

                             Se prestó gustoso a explicarnos la técnica que utilizaba para subir.

                       Ata una piedra a un cordel. Lo lanza a una rama que considera adecuada.

Se sirve del cordel para pasar por la rama una cuerda más fuerte y resistente.Un extremo lo ata al tronco del árbol y el otro a su cuerpo Sube a pulso y ayudado por unos ganchos que lleva en sus botas. También, va provisto de  una caña con un gancho en su punta.

Sube con una agilidad pasmosa a pesar de sus años.

                               Ahí tenenos al amigo Maximiliano en plena faena de recolectar piñas, y como él nos decía, disfrutando del campo.

Allí mismo vimos estas pequeñas setas. Casi enterradas y con forma de copa o trompeta.

  

En resumen diré que pasamos una entretenida mañana ( fresquita y soleada) alejados del mundanal ruído.