Cogí la carretera que se dirige al Cruce del Pedroso y puse pie en tierra en el carril que lleva a La Carrascosa.
El viento de Levante soplaba con fuerza. Los molinos han llenado este espacio. Esto ha cambiado mucho. Recuerdo la época en que las viñas ocupaban todo el terreno. Ahora han desaparecido todas y su lugar lo ocupan los cereales.Lo que no ha cambiado es la cantidad de conejos y perdices que corretean por las cercanías de la cañada.
Durante todo el trayecto observo cómo la tierra no para de soltar agua. Se han formado arroyos estacionales que no paran de fluir.Discurren paralelos a la cañada.
Cuando llego, compruebo que la laguna está a tope. No se ven muchas aves acuáticas. El viento que sopla fuerte hace que se refugien en los cañaverales de espadañas.Aquí, hace tiempo, pude observar a un ave llamada CALAMÓN. Tenemos la suerte que sea uno de los escasos lugares donde se pueden encontrar. Siempre que vengo hago lo posible por observarlos pero son unos animales muy discretos y huidizos.
Hoy, desgraciadamente encontré uno, pero muerto, entre los espinos de una alambrada. No comprendo la necesidad de poner este tipo de alambradas tan peligrosas.
En las cercanías fotografié un ejemplar de una planta muy particular: MANDRÁGORA.
Mi intención era la de bordear la laguna al completo pero me veo obligado a cambiar el trayecto porque encuentro una zona totalmente embarrada (las botas de agua las dejé en el coche). Así que me dirigí hacia La Carrascosa. Desde aquí podríamos ir hasta la Laguna de Medina (otra vez será).
En este punto del camino tuve que cambiar de rumbo. Todo estaba embarrado. No me permitía pasar.
Algunas cosas que encontré en el camino
Me ha gustado mucho su publicación!
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