Procede de las estepas africanas y asiáticas. Se cultiva en jardines, aunque espontáneamente crece silvestre. Yo la he visto por Tarifa, Sanlúcar de Barrameda y en Puerto Real, cercanas a la finca La Micona, en una zona de pinos con espesa vegetación y muy protegida de los vientos, con mucha sombra.
Una antigua leyenda cuenta que Calímaco, al ver un ejemplar de esta planta enroscada en una canastilla ofrendada junto a la tumba de una doncella, tuvo la inspiración de crear la típica ornamentación de los capiteles corintios.
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