Conocida como esfinge rayada.
Con las alas y las antenas plegadas. La encontré a plena luz del día en una zona todavía verde y húmeda. Un pequeño regato refrescaba el lugar.
Se quedó quieta, como mirándome. No se asustó. Así que pude sacar las fotos con toda tranquilidad.
Desplegó sus antenas y sus alas. Se subió tranquilamente en mi mano. Movió sus alas y se desplazó a unos juncos.
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