martes, 22 de junio de 2010

RUTA ENTRE LAGUNAS


En este segundo intento, el tiempo, no ha sido un impedimento para caminar. Quizás un poco de calor, pero nada más. Ahora sí he podido utilizar mi cámara. En  la anterior jornada, con el diluvio que cayó, no pude hacerlo. Además he podido alargar el trayecto hasta la Venta El Mojo.
Al tercer intento, si me organizo ( necesito que un amigo me lleve al principio y me recoja  al final), quiero hacer la ruta completa y llegar hasta la Laguna del Taraje. Tendré que saltar alguna alambrada que corta el paso de la cañada de Arcos a S. Fernando. No me explico como se permite que se usurpe terreno público y ninguna autoridad tome cartas en el asunto. Yo, por mi parte, iré provisto de unos alicates.A lo mejor me meto en algún lío. Ya veremos.

Dejé el coche en el aparcamiento situado en las cercanías de la laguna. Mi primera intención es llegar, en un primer momento, a la caseta de observación de aves. Y así lo hago. Aquí me quedo un buen rato contemplando el ir y venir de la aves por la inmensa laguna.







El camino continúa bordeando la laguna. Varios tramos están construidos en madera para salvar los espacios inundables en invierno.



Caminamos por la Cañada de Medina o Lomopardo. Aquí hay un cruce  de caminos (este de Lomo Gallardo es el que sigo).El sendero se eleva buscando un pequeño cerrillo. Aquí abunda el tomillo, que impregna con su olor todo el espacio.  La única vegetación que encontramos es la que existe en la cañada.Estamos rodeados de campos de cultivo.Me llamó la atención la gran cantidad de palmitos así como los acebuches de gran porte (agradecí su sombra cuando el calor apretaba). Destacaban, por su gran tamaño y colorido, los cardos.

Por aquí volví a encontrarme con el vecino que, el día de la lluvia, recogía cabrillas. Estaba en esta ocasión comprobando el estado de una repoblación con  acebuches. Estuvimos comentando sobre la cantidad de poleo que cubría la zona y a la que daba un toque de color y olor.


Desde lo más alto podemos contemplar en la lejanía una parte de la laguna.
Desde aquí el terreno es completamente llano y sin dificultad.

Estos mosaicos son una muestra de la riqueza  que podemos encontrar en estos parajes.

Llega un momento en el que comienzo a encontrar algunas edificaciones que me indican que ya estoy cercano a la zona denominada El Mojo.


Esa piedra es un antiguo mojón que señalaba por donde transcurría la cañada. Para evitar que fuera movido de su sitio, se hacia una fogata en el agujero en el lugar donde se tenía que clavar. Los restos de carbón indicaban el lugar exacto.









Aquí nos encontramos con el inicio de otra cañada. A 500 metros, a la derecha, llegaremos a la Venta Carmen desde donde se divisa el Lomo Gallardo. Allí puede uno repostar ( me tomé dos cervecitas y un montadito ) La vuelta la hice rápidamente. Las nubes cubrieron el cielo, en parte, cosa que agradecí porque el sol pegaba con ganas. Desde las 10`30 hasta  las 16, ya pasaditas, estuve pateando, solitario, estos lugares. ¡Qué gustazo!

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